Pocos países en el mundo tienen la vocación que naturalmente ha alcanzado Brasil de ser reconocido internacionalmente como uno de los «Graneros del Mundo».
No fue diferente en la avicultura. Actualmente, más de 150 mercados son importadores de carne de pollo producida en Brasil. A través de los puertos del país, se exportan más de 4 millones de toneladas al año, casi un tercio de todo lo que se produce.
En las granjas brasileñas, la excelencia tecnológica en genética, la gestión y el ambiente han garantizado saltos productivos que han colocado al país como el tercer mayor productor de carne de pollo del mundo, con más de 14 millones de toneladas de esta proteína al año.
Detrás de esta cadena de producción hay decenas de empresas agrícolas distribuidas en varios estados brasileños, concentradas en la región sureste y sur.
También hay grandes centros de producción de huevos. El más notable, situado en la ciudad de Bastos, es conocido internacionalmente como uno de los mayores productores del sector de puesta en el mundo.
Todos estos eslabones destacan la grandeza de la avicultura brasileña, marcada por la calidad, la sanidad y la eficiencia que garantizan la presencia del producto avícola de Brasil en las mesas de los consumidores de los cinco continentes.
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